Por Claudia Poblete para Diario Financiero, 31 de octbre de 2023.
Los últimos años no han sido fáciles para la economía mundial: pandemia, inflación, guerras y los efectos del cambio climático han afectado las arcas fiscales, a los ciudadanos de todo el mundo, y por cierto, a la industria aseguradora. En Chile, el estrés de este sector comenzó antes, con el estallido social de 2019, lo que provocó un cambio especialmente en la tarificación de la cobertura de riesgo político, algo muy alejado de la realidad chilena cuatro años antes.
Desde la Asociación de Aseguradores explican que, producto de ese escenario, “se han observado menores crecimientos en los ramos de vehículos, desgravamen y seguros con ahorro”, y que por parte de los seguros comerciales se registran igualmente menores primajes para ingeniería, casco, transporte y responsabilidad civil.
El cambio climático y los desafíos de seguridad que enfrenta el país también causan tensión. De hecho, en la industria estiman pagos de entre US$ 80 millones y US$ 100 millones solo por las inundaciones de julio y agosto pasado, mientras que el aumento de robos sigue incrementando la siniestralidad en las pólizas de garantía, provocando prácticamente la desaparición en el mercado de la oferta de garantía de capital preferente.
“A eso se suma que estamos enfrentando un mercado duro, con costos de reaseguro que se han visto incrementados y eso genera un aumento en los valores para el cliente final. El consumo ha disminuido y por lo tanto la industria de líneas personales se ve afectada también”, destaca Fabiana De Nicoló, presidenta de Southbridge.
En esta misma línea, desde Vida Security observan un cambio en la demanda de seguros relacionados con dos crisis: la de pensiones, que aún tiene un panorama incierto en el debate político, y la de salud, producto de los problemas que enfrentan las isapres. “En el mundo de seguros de vida el mercado está viendo un incremento muy significativo de las rentas vitalicias como opción en el momento de la jubilación. También hemos notado a lo largo de este año un mayor interés e incremento en las consultas de los clientes respecto a seguros de salud, y específicamente por las coberturas para afiliados a Fonasa”, declaran desde la compañía.
Proyecciones y digitalización
Con todo, según cifras de la Asociación de Aseguradores, el mercado asegurador chileno finalizó 2022 con un crecimiento de 15,7%, alcanzando así una prima directa total de UF 324.719.029. Para este año proyectan un crecimiento de 15% en la prima directa.
Estos resultados se deben, en parte, a la apuesta de la industria por su transformación digital y a un apetito por crear nuevos servicios, como lo refleja la irrupción de la industria fintech, la futura oferta de seguros paramétricos y de seguros inclusivos, innovaciones que permitirán que más personas e industrias puedan acceder a este tipo de protección financiera.
“Estamos trabajando en transformación digital, apostando a la innovación e incorporando nuevas herramientas tecnológicas que nos permitan ir expandiendo nuestro negocio, con el gran desafío de que la industria tenga una oferta más atractiva, diferenciadora y cercana”, expresa De Nicoló.
Para Nicolás Deino, director ejecutivo para la Industria Financiera de Accenture Chile, la digitalización ha generado un impacto positivo en la industria de seguros al revolucionar la manera en que las compañías operan y brindan servicios, usando las distintas tecnologías para lograr mayor eficiencia y ofrecer soluciones cada vez más personalizadas y simples. “La digitalización también ha promovido una mayor transparencia y una toma de decisiones más informada basada en datos. Las aseguradoras pueden anticipar las necesidades de los clientes, brindar servicios en tiempo real y adaptar sus ofertas de manera dinámica”, comenta el ejecutivo, y añade que esto permite que el sector sea más competitivo en un mercado que está en constante evolución.